Cepillarse adecuadamente los dientes no es suficiente para cuidar la salud bucal. Es necesario acudir a las visitas periódicas con el dentista teniendo especial importancia el primer contacto entre el odontólogo y el paciente. En esa toma de contacto el paciente deberá explicar con detalle al profesional sus necesidades y expectativas. Se trata de que la consulta sea relajada y con tiempo para poder detenerse en todos los puntos que son importantes para el paciente.
Tras exponer lo que necesita el paciente, hay que preguntar si existe algún problema médico o dato de interés (enfermedades, alergias, hábitos…) y valorar los posibles problemas bucales.
Odontología
Bocas libres de metal
Odontopediatría
Periodoncia
Ortodoncia
Brackets invisibles
Brackets estéticos
Alineadores invisibles
Ortopedia infantil
Implantología
Cirugía guiada mínimamente invasiva
Dientes de un día
Implantes dentales inmediatos
Implantes dentales con poco hueso
Estética dental
Diseño de la sonrisa
Carillas de porcelana
Coronas y puntes de Ziconio
Blanqueamiento dental
Revisión bucal exhaustiva
A la hora de explorar la boca no solo es primordial detectar caries en los dientes, sino que se debe prestar atención a encías, mordida, musculatura y mucosas. La exploración bucal tiene que encontrar o prevenir cualquier lesión.
Realizar fotografías de la boca es recomendable para completar el examen ya que le permitirá al odontólogo estudiar más a fondo los problemas y aplicar el tratamiento más adecuado.
Pruebas diagnósticas
Radiografía panorámica y escáner 3D son dos de los procedimientos más utilizados en odontología para completar esa exploración clínica. Con la radiografía se podrán detectar quistes, dientes incluidos o algún tipo de lesión ósea y caries entre dientes. En definitiva, es un método para llegar más allá de lo que se ve a simple vista. Para los casos de implantes dentales u ortodoncia se necesita una impresión de los dientes con un escáner 3D. Así, se obtiene una mayor información para la correcta colocación del implante y el aparato.
En la primera visita se darán por lo menos dos propuestas de tratamiento preferiblemente por escrito y se comentará al paciente en qué consiste cada una de ellas con sus ventajas y desventajas. Por lo tanto, se requiere de tiempo para llevar a cabo toda esa exploración que ayudará a elegir el tratamiento más seguro y duradero.